El proto-dinosaurio de la Torre del Porticciolo: descubrieron fósiles de "un espécimen único"
La costa de los milagros: han surgido restos fósiles de 270 millones de años.
En Torre del Porticciolo emergieron los restos fósiles de un enorme reptil que vivió a finales de la era paleozoica, hace unos 270 millones de años. El descubrimiento fue realizado por un grupo de paleontólogos de la Universidad de Pavía y la Universidad de la Sapienza de Roma en colaboración con National Geographic. El espécimen, similar al género de cotylorhynchus, es el primer vertebrado paleozoico grande descubierto en Italia.
Los paleontólogos no tienen dudas: se trata un espécimen único, el primero encontrado en Italia. Su nombre es Alierasaurus ronchii y es una especie de protodinosaurio herbívoro que vivió en el Pérmico medio hace entre 279 y 272 millones de años. Sus fósiles fueron descubiertos en los depósitos de la formación de Cala del Vino, en el promontorio de la Torre del Porticciolo de Alguer y se han publicado en su totalidad este mes en la revista Palaeontologia Electronica y de manera más divulgativa en National Geographic. El estudio fue realizado por un equipo del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Pavía, en colaboración con el Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de la Sapienza de Roma, el Museo de Historia Natural de Milán y el Museo für Naturkunde de Berlín. Ya desde las primeras excavaciones, los científicos habían especulado que se trataba de uno de los más grandes encontrados hasta la fecha. Pruebas específicas de las partes del cráneo, las vértebras y el pie ahora lo han confirmado. Su longitud era de unos 7 metros, por lo que estamos frente a un gigante real, pero con la peculiaridad de tener un cuello muy corto e incluso una cabeza aún más pequeña en proporción con el resto del cuerpo. En general, el animal parecía rechoncho como un barril, con las patas delanteras más largas y robustas que las traseras. Otra peculiaridad era la presencia de un aparato masticatorio rudimentario. Los dientes, como Marco Romano, paleontólogo del Museo für Naturkunde de Berlín, comentó en National Geographic, no se utilizaban para masticar alimentos, sino para arrancar las plantas que luego se tragaban en su totalidad. La comida se trituraba gracias a la presencia de una poderosa lengua que comprimía las plantas en los dentículos presentes en los huesos del paladar.
Hasta su descubrimiento hace cuatro años en Porticciolo, se pensaba que estos mismos especímenes solo se encontraban en una pequeña área geográfica de Estados Unidos.
El mismo descubrimiento, por tanto, amplía la conocida distribución de la familia de los cotylorhynchus y confirma la hipótesis de la continuidad terrestre entre América del Norte y Europa durante todo el Pérmico y la mayor parte del Pérmico medio: una continuidad necesaria para la migración de los animales.
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